CIENCIA, CREATIVIDAD, ENTRETENIMIENTO, TECNOLOGÍA
Efectos visuales que imaginan el futuro: así son los de ‘Ex Machina’, nominada al Oscar
Andrew Whitehurst
Supervisor de efectos visuales de 'Ex Machina'
Ver hoy a Tyrone Power y a Myrna Loy enfrentarse a un terremoto, una inundación y una epidemia de cólera sin solución de continuidad en “Vinieron las lluvias”, película de 1939, tiene el encanto de lo ingenuo y la magia del cine hecho a lo grande: con muchos extras, enormes decorados, cosas que romper y millones de litros de agua que arrojar sobre los actores. De credibilidad, en cambio, no anda sobrada. Casi ochenta años después de que aquella película ganara el primer Oscar otorgado a los mejores efectos visuales, la cultura audiovisual y la sobresaturación de imágenes con que nos vemos bombardeados a diario desde miles de pantallas, nos ha hecho perder, casi por completo, la capacidad de asombro. En la actualidad, a la dimensión artística de cualquier escena rodada, hay que añadirle grandes dosis de tecnología para conseguir que el cine siga siendo tan real -o más- como la vida.
Esa tecnología la aportan estudios como Double Negative, responsables de la magia digital detrás de títulos como “Interestelar”, “Origen”, “Sherlock Holmes” o “Iron Man 2” entre muchos otros. En esta edición de los premios de la Academia de Hollywood Double Negative volverá a ser protagonista gracias a su nominación por “Ex Machina”, una de las películas de ciencia ficción más sorprendentes y originales de los últimos años. El supervisor de los VFX de la obra de Alex Garland es Andrew Whitehurst, quien ya participó en largometrajes de innegable potencia visual como “Harry Potter y la Orden del Fénix” o “Troya”.
Técnicamente el trabajo en “Ex-Machina” ha sido impecable y meticuloso. Para realizar los efectos visuales, el equipo de Whitehurst rodaba exactamente las mismas escenas con las mismas posiciones y movimientos de cámara que luego vemos en pantalla, pero sin los intérpretes. De esta forma podía superponer después con más precisión los efectos digitales sobre Ava, el androide al que da vida Alicia Vikander. Precisamente la originalidad en el diseño de Ava es una de las mejores bazas de la película: “inconscientemente seguro que estábamos influidos por Moebius cuando la hicimos, porque tanto Alex Garland como yo admiramos su trabajo –reconoce Whitehurst- pero prohibí al equipo fijarse en otros robots. Nos inspiramos con imágenes de suspensiones de coches de Fórmula Uno, fotos de bicicletas de alta gama, fuselajes de aviones y estudios de anatomía humana”.
Pero, más allá de los premios, Whitehurst se ha llevado de “Ex Machina” un regalo que no esperaba: “ha sido una de las experiencias filosóficas más profundas que he tenido en toda mi carrera”.