Tomotaka Takahashi
En el futuro tu smartphone será un pequeño robot metido en tu bolsillo
Cuando tenía seis años, Tomotaka Takahashi se quedó fascinado con Astroboy (la historia de un científico que, para consolarse por la muerte de su hijo, construye un niño robot). Tal vez si por aquel entonces se hubiera prendado de Oliver Atom, ahora estaríamos hablando de un futbolista japonés capaz de igualar los registros de Messi o Cristiano Ronaldo. Porque este científico nunca ha sido de los que hacen las cosas a medias. Tan sólo dos años después de descubrir el manga de Osamu Tezuka, Takahashi ya había fabricado su primer humanoide capaz de moverse juntando engranajes, ruedas, motores y mandos a distancia. No es extraño que en la actualidad sea uno de los ingenieros en robótica más respetados de Japón, un país que es referente en cuanto a innovación tecnológica y consumo de robots.
El campo de investigación de Takahashi siempre ha estado centrado en las relaciones que los humanos entablan con los robots, en conseguir que sean naturales y podamos llegar a generar vínculos emocionales con las máquinas. No es extraño entonces que una de sus creaciones, Kirobo, viajara en 2013 con el comandante Koichi Wakata a la Estación Espacial Internacional, convirtiéndose de esta forma en el primer humanoide diseñado para hacer compañía a los astronautas en el espacio.
“Si hablamos con tortugas, peces u osos de peluche, porqué no hablar con nuestros teléfonos”, afirma Takahashi, quien considera absurdo que debamos conformarnos con que nuestro principal sistema de comunicación sea una especie de caja plana. Su propuesta para sustituir a los smartphones es un pequeño robot de compañía que causa furor en Japón donde ya se han vendido miles de unidades. Robohon apenas mide 20 centímetros, pero es capaz de bailar, responde a órdenes de voz, incorpora un proyector e identifica a su propietario gracias a la tecnología de reconocimiento facial. Más que un móvil es un pequeño humanoide de compañía. Si Takahashi consigue lo que se propone, dentro de muy poco todos iremos con uno de estos robots en el bolsillo. Según reconoció en una entrevista con la BBC, el motivo de que dedique la mayor parte de su tiempo a la investigación es que en la robótica todo estará inventado dentro de diez años, así que los innovadores como él deben darse prisa. Y las aspiraciones del japonés no son pequeñas: “mi sueño es convertirme en el Steve Jobs de la robótica. Él creó un estilo de vida a través de sus gadgets. Y yo tengo el mismo objetivo: quiero que todo el mundo utilice robots de comunicación en su día a día”.