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Agricultores, enfermeros y policías: así son los drones más profesionales



Los drones, artefactos voladores autónomos o manejados por radiocontrol que nacieron para uso militar, han provocado una auténtica revolución. Sus posibilidades se extienden cada vez más porque dependen, en gran medida, de las herramientas que se les incorporen. Su principal utilidad todavía sigue relacionada con el ocio y el arte y a pesar de las restricciones legales que existen en muchos países, las imágenes a vista de pájaro de lugares emblemáticos han dado la vuelta al mundo. Sin embargo, cada vez se integran en más sectores. La agricultura, el transporte de mercancías o las unidades de rescate ya lo han hecho: los drones pueden proporcionar información sobre la salud de un cultivo, realizar una entrega con gran rapidez e, incluso, salvar vidas.

Los drones, artefactos voladores autónomos o manejados por radiocontrol que nacieron para uso militar, han provocado una auténtica revolución. Sus posibilidades se extienden cada vez más porque dependen, en gran medida, de las herramientas que se les incorporen. Su principal utilidad todavía sigue relacionada con el ocio y el arte y a pesar de las restricciones legales que existen en muchos países, las imágenes a vista de pájaro de lugares emblemáticos han dado la vuelta al mundo. Sin embargo, cada vez se integran en más sectores. La agricultura, el transporte de mercancías o las unidades de rescate ya lo han hecho: los drones pueden proporcionar información sobre la salud de un cultivo, realizar una entrega con gran rapidez e, incluso, salvar vidas.

Zipline, compañía con sede en Silicon Valley (California), lleva desde octubre de 2016 transportando bolsas de sangre con sus drones a 21 clínicas de Ruanda, un país con infraestructuras y comunicaciones muy pobres donde las hemorragias posparto son la principal causa de muerte entre las mujeres que acaban de dar a luz. Desde su lanzamiento, estos dispositivos han volado más de 100.000 kilómetros, entregando alrededor de 2.600 unidades de sangre en más de 1.400 vuelos.

Transportar sangre y medicamentos Zipline, compañía con sede en Silicon Valley (California), lleva desde octubre de 2016 transportando bolsas de sangre con sus drones a 21 clínicas de Ruanda, un país con infraestructuras y comunicaciones muy pobres donde las hemorragias posparto son la principal causa de muerte entre las mujeres que acaban de dar a luz. Desde su lanzamiento, estos dispositivos han volado más de 100.000 kilómetros, entregando alrededor de 2.600 unidades de sangre en más de 1.400 vuelos.


Los drones, catapultados por una lanzadera desde la base de Muhanga, sobrevuelan los escarpados caminos del país africano de forma autónoma. Pueden transportar 1,5 kilos de carga a una velocidad de crucero de 110 kilómetros por hora. Los trabajadores sanitarios realizan órdenes de entrega por mensaje de texto y reciben su paquete en un promedio de 30 minutos. Este cae desde el cielo planeando gracias a un pequeño paracaídas. Zipline ampliará su servicio a Tanzania en 2018 y entregará, además de vacunas, medicamentos para enfermedades como el sida o el paludismo.

Los drones, catapultados por una lanzadera desde la base de Muhanga, sobrevuelan los escarpados caminos del país africano de forma autónoma. Pueden transportar 1,5 kilos de carga a una velocidad de crucero de 110 kilómetros por hora. Los trabajadores sanitarios realizan órdenes de entrega por mensaje de texto y reciben su paquete en un promedio de 30 minutos. Este cae desde el cielo planeando gracias a un pequeño paracaídas. Zipline ampliará su servicio a Tanzania en 2018 y entregará, además de vacunas, medicamentos para enfermedades como el sida o el paludismo.

























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